Pasos procesionales

adorno

Paso del Cristo de la Humildad y Paciencia

Ejecutado por Fernández del Toro en 1954 en madera, tallada y dorada, bajo diseño de Juan Pérez Calvo. De estilo neobarroco presenta líneas sinuosas en planta y perfil, de mayor a menor en el alzado. Porta candelabros de guardabrisas en el centro y en las esquinas obra de Guzmán Bejarano de 1985. Posee 4 cartelas en el canasto representando la frontal y trasera el escudo de la Hermandad, la izquierda el escudo de la Ciudad de Cádiz y la derecha el escudo nacional de España. El dorado y policromado fue totalmente restaurado por la empresa Ars Nova en 2016. Los faldones son de terciopelo morado con bordados del taller de San Martín de Cádiz y restaurados en 2003 por Juan Zamanillo y Lorenzo Guttemberg.

Paso de Nuestra Señora de la Amargura

En cuanto a la orfebrería de esta joya de la Semana Santa gaditana cumple también con el diseño de Juan Pérez Calvo y en este caso con la ejecución de Jesús Domínguez entre 1955 y 1959.

Los respiraderos presentan líneas rectas con perfiles algo quebrados, rotas en el centro, donde albergan las capillas. Los sectores están separados por balaustres de estilo renacentista-manierista con profusión barroca recogiendo animales imaginarios y cabezas de ángeles. La parte superior está rematada en arquitrabe, friso con motivos vegetales y jarroncillos sobre pedestales. Las esquinas frontales presentan dos magníficos ángeles atlantes de vestimenta barroca y que muestran un hombro y las piernas. En la capilla central del frontal figura la imagen de San Agustín, sobre él un escudo de la corporación y coronando el arco de medio punto Nuestra Señora de la Consolación, soportada sobre una nube y flanqueada por dos ángeles turiferarios. En los respiraderos laterales figuran en sus capillas en una Santa Rita y en la otra Santa Mónica, siendo rematadas dichas capillas por un farol, a modo de entrevaral y sujetado por dos ángeles querubines.

 

Los varales presentan la originalidad de interponer piezas doradas y plateadas, así encontramos doradas tanto las macollas como las bases. Estas últimas, profusamente decoradas, tienen la sección cuadrada, a modo de pedestal, con capillas con jarras de flores en su interior. En el primer tercio de cada pieza figura una capilla en mediorelieve con la figura de un apóstol.

Dos dragones alados, en forma de asas, asoman de la macolla central, el sexto y último cuerpo de cada varal consiste en una columna estriada de orden corintio, rematándose este enser con una perilla con forma de jarra de flores con una piña en su parte superior. En 2004 fueron restaurados por Orfebrería Ramos en la sevillana localidad de San José de la Rinconada.

Las jarras que sustentan las piñas de flores son de estilo manierista y están decoradas con hojas de acanto, cordones vegetales, cabezas de querubines y el anagrama mariano en el cuerpo central, en la parte superior, a modo de asas, dos cabezas de dragones alados dotan de enorme movilidad a la pieza. Fueron restauradas en el año 2002 por Orfebrería Ramos.
Los candelabros de cola son de once brazos con tulipas rematadas con coronitas. Muy meritorios son los curvados brazos decorados con acantos que parten de las tallas que surgen de la base. Una base que presenta distintos óvalos en el centro de cada una de las tres caras que la componen.

La candelería, como todo el conjunto de la orfebrería del Paso es profusamente barroca y fue culminada en el año 1963. Su base es de forma triangular con garras de águila sosteniendo una esfera en cada apoyo, además cada base está decorada con cartelas, hojas, cabezas de querubines y volutas. El fuste está decorado con acantos y estrías helicoidales, presentando el plato la singularidad de estar decorado por ambas caras. Los orfebres Ramos Espinosa de San José de la Rnconada la restauraron en 2007.

La peana sobre la que procesiona Nuestra Señora fue realizada por el taller jerezano Ordebrería Rodríguez en el año 1939, siendo este el único elemento del anterior paso de palio que procesiona hoy día, siendo restaurada y adaptada por Jesús Domínguez en el año 1956.

Los cubremaniguetas son obra del taller sevillano Viuda de Villareal en 1988 figurando sobre ellos dos ángeles en escorzo portando sendas cruces.
Las bambalinas presentan un amplio repertorio de piezas decorativas de estilo simétrico y están rematadas con caireles de bellota en oro. La delantera y trasera están centradas con el escudo de la Cofradía. En el interior se recogen frases de La Letanía enmarcadas en cartelas rectangulares. Fueron restauradas por los bordadores gaditanos Juan Zamanillo y Lorenzo Gutemberg en 1994.

El manto está a juego con todo el conjunto en color, diseño y estilo. Sobre el terciopelo se distribuyen todos los elementos bordados a partir de un eje central del que parten cientos de espirales con hojas de acanto, flores, pámpanos, laureles y cardos hasta los bordes, los cuales están recorridos por una cenefa de espirales.
El techo en concordancia con las piezas descritas anteriormente, presenta en la gloria del paso el corazón agustino y el sombrero cardenalicio de Juan XXIII.